Si decides buscar ayuda, te recomiendo que acudas a un psicólogo que cumpla con los requisitos necesarios y suficientes para garantizarte una buena praxis.
En ocasiones sucede que las personas confían su problema a supuestos terapeutas que aplican “pseudotratamientos”, sin la suficiente formación ni capacitación.
¿Qué requisitos se ha de cumplir para poder ejercer como psicólogo/a en el ámbito privado?
- Estar en posesión del título de:
- Licenciado en Filosofía y Letras, sección psicología, o
- Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, Sección de Psicología, o
- Licenciado o Graduado en Psicología.
- Y además disponer del título de:
- Especialista en Psicología Clínica.
- Máster en Psicología General Sanitaria.
- Estar colegiado/a en el Colegio Oficial de Psicología, de la comunidad en que se ejerza y, por tanto, disponer de un número de colegiado/a. En cada colegio existe un directorio de profesionales que se puede consultar.
- El psicólogo/a, en su ejercicio, está obligado a seguir los principios del Código Deontológico de su colegio.
- Estar dado de alta en Hacienda y cotizar en el régimen de autónomos en el caso de ejercer por cuenta propia.
Además de la titulación obligatoria y necesaria, este profesional sanitario, ha de formarse continuamente e ir adquiriendo más conocimientos a lo largo de la vida (cursando postgrados, seminarios etc.), actualizándolos, para seguir trabajando con más eficacia y rigor. En definitiva, que sepa tratar tu problema y/o trastorno.
¿Qué tipo de terapia me va a aplicar?
La comunidad científica es quien determina la eficacia de los tratamientos y requiere de una actualización continua, ya que va incorporando los avances. Las sociedades científicas y profesionales han establecido unas guías o listas en las que figuran los tratamientos eficaces para distintos trastornos psicológicos.
Entre los tratamientos psicológicos más investigados y eficaces destacan los tratamientos cognitivo-conductuales. Estos se emplean en una gran variedad de trastornos (ansiedad, depresión, dolor, hiperactividad, problemas de pareja, disfunciones sexuales, etc.).
Por supuesto la experiencia, las habilidades del terapeuta, y las características de este, también juegan un papel importante en la consecución de unos buenos resultados, así como la empatía que se establece entre terapeuta y paciente, desde la primera sesión y su adherencia al tratamiento.
Por otra parte, estamos ante una sociedad que en primera instancia palia los problemas emocionales y de salud mental con psicofármacos, recentándose de forma generalizada, en vez de apostar por la aplicación de terapias de probada eficacia, que reducirían el coste y evitarían los efectos secundarios.
Organizaciones relevantes como el NICE (National Institute for Health and Care Excellence), y el NIMH (National Institute of Mental Health), recomiendan evitar los tratamientos farmacológicos siempre que se pueda.
Lo ideal, es enseñar a las personas a tener un papel activo en su mejora y que aprendan estrategias que les haga sentirse menos vulnerables y poder dejar la medicación lo antes posible.
¿Qué deberías saber?
- Hay dos tipos de psicólogos profesionales con competencias en el ámbito sanitario: el generalista y el especialista.
- El psicólogo terapeuta, te ha de facilitar que firmes el consentimiento informado, garantizándote así la custodia y la confidencialidad de tu historia clínica, cumpliendo la LOPD 15/1999 (Ley orgánica de protección de datos).
- Antes de aplicar un tratamiento, el psicólogo ha de realizar una evaluación elaborando la historia clínica, mediante la entrevista y la administración de test y cuestionarios adaptados a cada paciente, con el objetivo de establecer un diagnóstico.
- Tienes derecho a estar informado de los resultados y conocer qué técnicas se van a utilizar en el tratamiento, la frecuencia y duración de las sesiones, así como del tiempo estimado para la consecución de los objetivos establecidos.
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