Miedo a la sangre o Hemofobia

miedo a la sangre

miedo a la sangre o a las jeringuillas en las pruebas analíticas

​¿Qué es la hemofobia o hematofobia?

​El origen de su nombre procede de dos palabras griegas Phobos, que significa fóbia o pánico y Hemato, que significa sangre, aunque también se le conoce con el nombre de hemofobia.

La hematofobia o fobia a la sangre es una fobia específica en la que se evitan situaciones relacionadas directa o indirectamente con la sangre, las inyecciones y las heridas.

El problema para las personas que la padecen es que se sienten incapacitadas para afrontar  situaciones de la vida relacionadas con la salud, como son las analíticas y la vacunación, tan necesaria hoy en día para frenar la pandemia del Covid-19.

​¿Padezco hemofobia?

En general a las personas no nos es nada agradable y nos puede incluso dar asco ver u oler la sangre. Pero existe un amplio abanico que puede ir desde la tolerancia absoluta a la sangre, en la que su presencia no afecta en absoluto, hasta sentir un miedo irracional en la que se da una intolerancia extrema o fobia.

Padeces esta fobia si hace 6 meses o más que evitas enfrentarte a estas situaciones como, por ejemplo,  ir al médico o  vacunarte.  Cuando has de enfrentarte porque no tienes más remedio, la ansiedad puede aparecer antes de que estés frente a la situación.

Aunque a nivel motor, la conducta que se genera es común en todas las fobias (evitación o escape), una característica distinta es que, la persona no huye de la situación temida, sino que presenta temor al desmayo. 

Un 10% de las personas presentan miedo moderado a la sangre y alrededor de un 2-3% de la población llega a padecer fobia a la sangre, que puede ser a su propia sangre o a la de otras personas o animales.

¿Qué síntomas puedo tener en la fobia a la sangre?

Puedes sentir asco y experimentar síntomas propios de la ansiedad, con una elevada activación fisiológica (palpitaciones, náuseas, temblores, sudoración y escalofríos), acompañada de pensamientos como el miedo a desmayarte principalmente, a perder el control, a hacer el ridículo.

Se dan síntomas como la visión borrosa, palidez y debilidad  hasta perder la conciencia.

Una fobia diferente a las demás fobias

Las fobias en general activan el organismo, pero a diferencia de éstas, en la hematofobia se da una respuesta bifásica, aunque no todas las personas presentan esta doble respuesta.

Primera fase: En los primeros segundos de exposición se experimenta una elevada activación  del ritmo cardíaco, la presión arterial y tasa respiratoria.

Segunda Fase: A continuación se produce un descenso brusco de estos parámetros, que consiste en una caída de la presión arterial y del ritmo cardíaco (35-40 pulsaciones por minuto). Esto puede llevar al mareo y terminar en desmayo en el 70-80% de las personas.

En todas las fobias ocurre que:

  • Aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial
  • Se mantienen para luchar o salir corriendo
  • Los antecedentes familiares no superan el 20-25%

En la fobia a la sangre (SIH), hemofobia o hematofobia se da:

  • Una respuesta difásica que sí puede producir el desmayo
  • El desmayo conlleva minimizar la pérdida de sangre. En una herida se frena la hemorragia al caer la presión arterial y disminuir la frecuencia cardíaca, lo que aumenta la probabilidad de sobrevivir
  • Existe una marcada historia familiar muy superior a todas las fobias. Se transmite genéticamente (68%), el triple que en las otras fobias.

¿Qué consecuencias tiene sufrir hemofobia?

Principalmente limitaciones que te pueden perjudicar en la consecución de tus objetivos.

Probablemente te encuentres que no puedas visitar a familiares y amigos al hospital, no te hayas hecho ninguna analítica desde hace tiempo, o te resistas a mirar escenas en las películas. Puede ocurrir que no te atrevas a estudiar enfermería, medicina o cualquier grado o profesión que implique tener contacto con pacientes con heridas, cortes y/o ver intervenciones.

En otros casos te puede impedir que te ocupes de la prevención de la salud, evitando los controles oportunos.

La evitación experiencial no es intrínsecamente negativa sino que llega a serlo cuando, en lugar de realizar acciones valiosas para su vida, la persona se dedica a luchar fútilmente contra sus eventos privados (Luciano y Hayes, 2001)

PROGRAMA Y CONTENIDO DE LAS SESIONES

Te propongo una intervención donde el fin último se sitúa al servicio de tus valores, desde el enfoque cognitivo-conductual y de la terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Este enfoque no va dirigido a controlar y extinguir la ansiedad y el malestar sino a reconceptualizar el malestar, aprendiendo a estar con él mientras se actúa de una manera más flexible y guiada por los propios valores.

El objetivo del tratamiento es que:

  • Adquieras habilidades para aceptar y gestionar la ansiedad previa a la extracción de sangre o vacuna
    • Conociendo lo que ocurre
    • Aceptando los pensamientos negativos
    • Gestionando la preocupación y la activación fisiológica
  • Afrontes las extracciones sin sufrir un desmayo
    • Identificando los primeros síntomas del síncope vasovagal
    • Siendo capaz de aumentar la presión arterial en el momento apropiado
    • Exponerte a la situación temida

Para lograr estos objetivos, utilizo  técnicas de Mindfulness o atención plena y metáforas. Así como otras técnicas más tradicionales como son la respiración y la tensión aplicada.

Evaluación del miedo a la sangre, agujas e inyecciones (SIH)

  • 1ª sesión: En esta primera sesión es necesario siempre evaluar. Esta valoración del problema consiste en una entrevista y la administración de cuestionarios.
  • ​​2ª sesión: sesión llamada de “Psicoeducación" de la ansiedad bifásica y del origen y mantenimiento de tu fobia a la sangre.  ​Con ella entenderás el porqué te pasa esto y cómo solucionarlo.

Tratamiento del miedo a la sangre, agujas e inyecciones (SIH)

  • ​​3ª sesión: A partir de aquí ya pasamos a la aplicación de técnicas como la respiración, la tensión aplicada y aprenderás la esencia del Mindfulness. Estas técnicas las irás aplicando a lo largo del tratamiento a medida que las vayas aprendiendo.

Tú siempre marcarás el ritmo a medida que vayas realizando progresos.  Los pensamientos habituales (y muy frecuentes) como el miedo a desmayarte, perder el control, hacer el ridículo también los irás cambiando conforme veas que eres capaz de ir tolerando, de forma gradual, la visión de la sangre y de los elementos que temes.

  • 4ª, 5ª, 6ª, 7ª Sesiones variables en número en función de tu habituación. Comenzarás la exposición progresiva de fobia a la sangre con la herramienta de la Realidad Virtual, y podrás practicar diferentes escenarios simulados en un entorno virtual para que vayas enfrentándote a las agujas y/o ver sangre en un contexto médico.

En el tratamiento de esta fobia, pasarás del rol como acompañante al rol como paciente, y desde la situación menos           ansiógena a la máxima que es la de un análisis de sangre.

En la ​última sesión y después de exponerte al entorno virtual relacionado con la fobia a la sangre de mayor dificultad, recordaremos lo aprendido, para mantener los logros y evitar posibles recaídas.

​Si crees que puedo ayudarte, llámame al 687562197 y te informaré sin ningún compromiso. Si lo prefieres también puedes visitarme en la Calle de Muntaner, 272, P. 1 PTA. 3, de Barcelona, con cita previa. Puedes enviarme un correo a   psicologiamorali@gmail.com o llamarme para reservar tu cita.