Un 8% de la población adulta española es víctima de acoso laboral. El mobbing, se manifiesta principalmente en el sector servicios y afecta a mujeres, trabajadores precarios e inmigrantes.
Marie-France Hirigoyen, psiquiatra francesa, define el acoso en el lugar de trabajo como “cualquier manifestación de una conducta abusiva y, especialmente, los comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica de un individuo, o que puedan poner en peligro su empleo, o degradar el clima de trabajo”.
El paso del tiempo y la labor de muchas personas nos ha proporcionado derechos que para generaciones anteriores eran impensables, ya que soportaban la precariedad y la desigualdad. Es cierto que aún queda mucho por conseguir, pero la información que tenemos a nuestro alcance permite que lo que antes no se identificaba porque no se conocía, ahora nos llegue gracias a la era digital.
¿Qué ocurre en el acoso laboral?
- Se da un abuso de poder. El acosador pretende ascender o mantenerse en el puesto ocultando su incompetencia. Comienza a tratar al otro como un objeto, ninguneándolo.
- Manipulación perversa, mediante descalificaciones (bromas, sarcasmos y burlas que no dejan de ser críticas indirectas) y desacreditaciones que generan dudas en las personas de su alrededor, ridiculizan y humillan. Es menos evidente de demostrar y actúa como la carcoma que va minando psicológicamente y causa mucho daño a la víctima, quien finalmente se siente aislada.
- Repetición de conductas humillantes para desconcertar y confundir a la víctima (ésta se da cuenta después de un tiempo).
Las personas del entorno no reaccionan a favor de la víctima y suelen mantenerse al margen, si el acoso proviene de los superiores. Del mismo modo, si el acoso procede de otro compañero/a, no se pone de manifiesto a los superiores. En ambas situaciones, sólo se reaccionará cuando exista una baja laboral o bien la víctima reaccione de modo explosivo (por ejemplo, llorar desesperadamente o tener una crisis de ansiedad).

mobbing
¿A quién escoge el acosador?
Se podría pensar que por norma general el acosador elige a las personas más débiles o patológicas. Sin embargo, se suele hostigar con mayor frecuencia a individuos nobles, que se comportan con ética, independientes, cooperadores, competentes, sensibles, abiertos, comunicativos, simpáticos, populares, empáticos y no sumisos, que en ocasiones se oponen a la autoridad. Suelen ser personas que por su manera de hacer y talento podrían eclipsar al agresor.
El acoso es horizontal, cuando se amenaza a un compañero o vertical, en el caso de que un grupo de subordinados instigue a un superior.
En general, los acosadores suelen ser muy hábiles y no se descubren con facilidad, por lo que la víctima no percibe el acoso hasta que han pasado muchos meses de sufrir sus agresiones.
El agresor instaura una comunicación perversa basada en las descalificaciones.
Efectos del acoso
De forma insidiosa y poco a poco, el acosador intenta desestabilizar a la víctima hasta que ésta, tras las maniobras de mobbing, suele acabar con baja laboral o marchándose voluntariamente de su trabajo.
Con más frecuencia, la víctima se siente insegura, indecisa, culpable y con la creencia de que carece de valor personal. Se justifica mediante explicaciones largas, llegando a un desgaste psicológico. Y son estas emociones de impotencia, tristeza, rabia y ansiedad las que, precisamente, generan una retroalimentación que da más poder al agresor.
La víctima puede padecer alteraciones psicológicas como insomnio, depresión, fatiga crónica, ataques de pánico, somatizaciones, etc. y se constata “la autoprofecía que se cumple”. Es decir, ante las descalificaciones y comentarios negativos, poco a poco se comporta de forma diferente y vulnerable, y puede llegar a convertirse en esa persona desequilibrada que pretende el acosador.
Impacto en la pareja y la familia
Además del rechazo de los compañeros y superiores en el trabajo, el acoso laboral causa daño e impacto en la parcela personal.
En la pareja se puede deteriorar la relación porque hay una falta de empatía y de compresión de lo que ocurre, y la víctima se siente abandonada y triste. Esta circunstancia puede incluso propiciar una ruptura que se sumará al acoso laboral.
Si hay hijos, cuesta gestionar su educación y con el resto de familiares falta energía para estar con ellos como se quisiera. Se observa que los conocidos y/o amigos se alejan porque se cansan de su discurso y de su estado de ánimo deprimido, así como porla incapacidad para reír en las situaciones en las que los demás lo hacen.
En definitiva, en la medida que se pueda conviene salir cuanto antes de este círculo. Por este motivo, la pareja, y/o los familiares más significativos son esenciales para dar el apoyo que necesita la víctima.

depresión
Hacer frente al acoso laboral
En ocasiones no se buscan soluciones por parte de la empresa, así que éstas las ha de propiciar la persona que lo padece y lo ideal es cuando comienza a sospechar que puede ser víctima de mobbing.
Una manera de objetivar este problema es a través de cuestionarios como el inventario de acoso moral de Heinz Leymann y el listado de comportamientos del cuestionario Cisneros, desarrollado por Ángel M.Fidalgo e Iñaki Piñuel (Psicothema 2004. Vol. 16, nº 4, pp. 615-624).
Según Iñaki Piñuel, psicólogo especializado en Psicología del Trabajo y de la Organización, el acosado ha de superarlo pasando por cuatro fases:
- Identificación del problema como acoso laboral o mobbing. Darse cuenta de cuándo y cómo sucede la reacción al acosador.
- Desactivación emocional. La persona toma el control y es consciente de sus reacciones involuntarias y negativas, desactivando los mecanismos de defensa automáticos.
- Elaboración de la respuesta al acoso psicológico mediante la extroyección, incidiendo en la autoestima y en las habilidades asertivas.
- Superación del problema e integración en la perspectiva vital de la víctima.
La víctima debe aprender a anticiparse al acosador cuando ya lo ha detectado y neutralizarlo de manera que no entre en su juego.
Tres puntos clave:
- Prepararse psicológicamente para resistir, contrarrestando la comunicación perversa, y empoderarse con la mejora del estado de ánimo, la autoestima y la ansiedad.
- No reaccionando ante las provocaciones de manera visceral o callándose, sino utilizado técnicas adecuadas para manejar personas difíciles.
- Apoyándose en las personas de su entorno personal (pareja, familia, amigos, etc.)
Reivindicando los derechos, en lugar de dimitir y marcharse del trabajo.

clima laboral
Informarse y ocuparse contribuye tanto a la prevención como a la resolución. Si se conocen el mecanismo del mobbing y las estrategias se puede salir de él y romper el círculo vicioso que alimenta a víctima y acosador.
Hay empresas que disponen de protocolos internos específicos con relación al acoso, por lo que pueden articular la prevención, pero desgraciadamente aún existen organizaciones en las que se incumple la evaluación de los riesgos psicosociales para detectar y/o denunciar.
Se puede y se debe recopilar elementos e iniciar procedimientos legales que prueben el acoso, y asesorarse en asociaciones.
Por otra parte, hay que liberarse de la culpa y potenciar una buena autoestima ya que en la sociedad existen individuos perversos, capaces de actuar como verdaderos depredadores. Por tanto, aprender a ser resilientes y volver a la vitalidad y el bienestar que se tenía es la mejor opción para empoderarse. Se ha de recurrir a la ayuda farmacológica, en el caso de que exista el riesgo de instaurarse un cuadro psicopatológico grave.
Artículo original publicado en el magazine digital "menuda familia", en febrero, 5 de 2018