Publicado por Teresa - el 16/07/2018 - Archivado en Psicología - 0 Comments

Actualmente disfrutamos de una mayor esperanza de vida y envejecemos en mejores condiciones, gracias a los avances de la medicina y del auto cuidado. En España, parte de los tres millones de conductores son personas mayores que realizan desplazamientos con sus nietos a lugares como la escuela, otros centros de actividades y lugares de vacaciones. ¿Sabes si lo hacen con las garantías de seguridad necesarias?

 

Puedes ver en el siguiente vídeo algunas señales de alerta para que te plantees limitar o abandonar tu conducció o aconsejarlo a tus familiares y/o amigos.

El hecho de conducir parece formar parte de nuestra identidad, más especialmente en la de los hombres, quienes conducen con mayor asiduidad que las mujeres a partir de los 65 años. A ellos les suele aterrar perder el carné de conducir, porque supone un cambio brusco en su estatus, autoestima y hábitos de movilidad.

abuelo

Nuestros mayores conductores necesitan reciclarse

Las normativas cambian y los conocimientos se olvidan. La experiencia es un grado, pero la pérdida de las capacidades y aptitudes puede pasar factura. Tanto si sobrestimamos las competencias como extremamos la prudencia -circulando, por ejemplo, a una velocidad inapropiada- existen riesgos que no se perciben como tales.
Por ese motivo, es conveniente que las personas mayores realicen cursos de reciclaje de conocimientos que se imparten en autoescuelas y que adquieran nuevos conocimientos sobre normativa, señalizaciones y dispositivos de seguridad de los vehículos.

¿Te acuerdas de cuándo empezaste a conducir?

joven al volante

Antes de automatizar la conducción, tuviste que aprender una serie de tareas, como, por ejemplo, atender a determinados estímulos evitando las distracciones (atención selectiva); usar los pedales, cambiar de marcha, girar el volante (atención dividida); pasar de una tarea a otra, por ejemplo, en una intersección: parar, mirar a los lados y reiniciar la marcha (atención alternante); o ir por la autopista en marcha larga durante un tiempo largo (atención sostenida). La atención es necesaria para el control simultáneo de distintos estímulos, como las luces, la velocidad del propio vehículo y la de los demás.

Además, cuando estamos con la atención focalizada en un estímulo (concentración) y vamos asimilando la información (velocidad de procesamiento), al mismo tiempo podemos recordar las normas de tráfico o memorizar la ruta (memoria de trabajo) que después olvidamos porque no la necesitamos.

Estas funciones ejecutivas, nos permiten plantearnos metas, planificarlas y ejecutarlas. Entendemos las órdenes verbales o por ejemplo del GPS (comprensión) y sabemos comunicar y expresarnos (memoria y lenguaje). Las aptitudes lingüísticas son muy importantes para comprender las señales y las indicaciones, reconocer los nombres de calles y rutas, y las advertencias de los cambios circunstanciales.

Después de toda esta compleja tarea procesamos la información de la localización de nuestro coche y la de los demás en el espacio, estimamos las distancias, la orientación, las condiciones del tráfico... (funciones visoespaciales), además de reconocer los objetos, formas, colores… (funciones viso-perceptivas) y podemos anticiparnos y ejecutar las conductas necesarias, como, por ejemplo, echar el freno de mano, encender las luces, etc. (praxias). Buscamos alternativas, tomamos decisiones y regulamos la conducta (flexibilidad cognitiva).

El tiempo de reacción y la coordinación también son muy importantes para responder a estímulos inesperados a tiempo y realizar la tarea de conducir manteniendo el control del vehículo.

Como puedes observar conducir no es una tarea sencilla, pero al practicarla la vamos automatizando y nos resulta relativamente fácil.

¿Qué sucede cuando envejecemos?

Cuando envejecemos, se produce una pérdida neuronal progresiva que afecta al estado general de salud de la persona y merma las capacidades físicas que influyen en la capacidad para conducir:

  •  Menor capacidad para discriminar y seleccionar estímulos
  •  Dificultad para procesar estímulos nuevos o inesperados
  •  Dificultades en la atención, percepción, coordinación y ejecución de la acción
  •  Menor memoria de trabajo para procesar la información
  •  Menor flexibilidad para adaptarse a situaciones novedosas
  •  Pérdida progresiva de la memoria procedimental
  •  Menor capacidad de aprendizaje
  •  Mayor tiempo de reacción
  •  Dificultad en la planificación
  •  Dificultad en la toma de decisiones

Por este motivo, en las rutas novedosas, o en acontecimientos imprevistos, quien tenga mermadas estas aptitudes, se expondrá y nos expondrá a un riesgo mayor.

Las alteraciones o déficit en las aptitudes perceptivo-motoras causan el 50% de los incidentes de tráfico

huella rueda

Estado físico y psicológico de los mayores

Según las circunstancias personales, las personas de la tercera edad pueden estar:

  •  Atravesando momentos difíciles debido a acontecimientos vitales (pérdida de un ser querido, separaciones de los hijos, problemas económicos…) y, por tanto, distraídos e inmersos en sus pensamientos
  • Tratándose enfermedades agudas y/o crónicas con fármacos, por ejemplo, para la diabetes, hipertensión, cardiopatías… y/o psicofármacos para el insomnio, depresión o ansiedad, que ayudan a mejorar sin duda su calidad de vida, pero afectan a la conducción en mayor o menor medida, dependiendo de la medicación
  • Con un estado de ánimo decaído, ansioso y/ o irritable. A veces pueden estar muy “enfadosos” por no recibir apoyo o estrategias
  • Somnolientos o con “microsueños”. Es muy frecuente si padecen de apnea del sueño
  • Consumiendo bebidas alcohólicas en una cantidad superior a >0,5 g/l en sangre = 0,25 mg/l aire espirado, antes de conducir, porque muchos de ellos lo han normalizado

pruebas médicas

Factores de riesgo en los mayores conductores

Los factores de riesgo son elementos que multiplican la probabilidad de sufrir un daño. En relación a los factores personales, podemos citar:

  • La errónea o insuficiente percepción del riesgo, por ejemplo, minimizar las distracciones, al bajar o subir de un coche, cruzar en diagonal o sin mirar, etc.
  • La escasa conciencia de uno mismo. Tanto del estado físico, como del psicológico
  • La falta de adaptabilidad, tanto a los cambios fisiológicos como a los cambios del entorno, siguiendo con los mismos hábitos de siempre.

 

¿Pueden conducir personas con Alzheimer u otras demencias?

Las enfermedades degenerativas (tipo Alzheimer) son la primera causa de demencia. Suelen iniciar 10-15 años antes del final de la vida, afectan las áreas temporales y parietales del cerebro, ocasionan desorientación temporal, déficits perceptivos y espaciales y dificultan la planificación de las acciones.
En la mayoría de los casos no hay consciencia de estos déficits y teniendo en cuenta que a los 65 años hay un 11,6% de personas con demencia y a los 85 un 36,2%, es fundamental detectarlos a tiempo y, en función del grado, evitar la conducción.
La segunda causa de demencia son las enfermedades cerebrovasculares. Sin embargo, aquí sí se tiene conciencia de los déficits.
Puede haber también deterioro cognitivo leve en otras enfermedades como el Parkinson y demencias asociadas a enfermedades neuropsiquiátricas.

Te puede ser muy útil este cuestionario de orientación para familiares del RACC

Revisiones en Centros de Reconocimiento

Los centros que trabajan con rigor y profesionalidad hacen una labor preventiva y detectan aquellos déficits que suponen un riesgo para la persona que va a obtener o renovarse el carné.

Con respecto a las personas mayores, se puede detectar el deterioro cognitivo mediante unas pruebas psicológicas complementarias y el polirreactímetro, que mide las aptitudes perceptivo-motoras.

 

polirreactímetro Centro Reconocimiento

Restricciones que se pueden aplicar

Tanto el médico/a como el psicólogo/a, ciñéndose a la normativa vigente, antes de dar un No Apto, puede aplicar distintas restricciones: el periodo de vigencia de la licencia, la velocidad, radio de kilómetros, conducción acompañada y/o solamente de día.

Un No Apto definitivo es un conductor que no puede garantizar los mínimos de seguridad para él mismo ni para los demás. Así el dictamen final que figurará en el certificado vendrá determinado por el facultativo que haya aplicado el criterio más restrictivo.

Efectos emocionales de retirar el carné a los mayores

Los conductores activos que dejan de conducir por motivos involuntarios reciben un impacto emocional negativo. Por tanto, es posible que muestren sintomatología depresiva, sentimiento de aislamiento social y pérdida de independencia, si se vive en un entorno rural o separado de los principales servicios (médicos, farmacia, tiendas, etc.)

En los entornos rurales se pueden encontrar alternativas más económicas que mantener un coche, como por ejemplo, los bonos de autobús.

Afortunadamente, hay un colectivo de gente mayor que deja de conducir voluntariamente; unos, por inseguridad, y otros porque sabiamente son conscientes de sus limitaciones y de las consecuencias que supondría provocar un grave incidente.

Límites para dejar de conducir

El límite para dejar de conducir lo marcan las condiciones psicofísicas de cada persona, derivadas del estilo de vida y de su salud a nivel integral.

  • Los profesionales de la salud en los CR, que en las revisiones pueden restringir o limitar definitivamente la conducción
  • La familia, conociendo las señales de alerta y el riesgo, puede aconsejar y mentalizar para que se deje de conducir, sobre todo si existen evidencias de este riesgo. Para acompañar en este proceso, aunque rechacen tus consejos, puedes informarte en este enlace del RACC.

Para garantizar la seguridad personal y colectiva, lo ideal es que la propia persona mayor tenga conciencia y se vaya autolimitando y adaptando a sus cambios hasta retirarse de la conducción.

autoconciencia

 

Señales de alerta para las familias con mayores conductores

  • El mayor se pierde de manera frecuente, incluso en zonas conocidas
  • Circula con velocidad inadecuada (o demasiado rápido, o demasiado lento) teniendo en cuenta el tipo de vía y situación
  • Reacciona con lentitud
  • Se sale del carril
  • Da giros imprudentes o demasiado abiertos
  • Está a punto de tener accidentes, o ha tenido varias “rascadas” o “golpecitos” en los últimos meses
  • Está nervioso/a cuando conduce
  • Los familiares o amigos no quieren subirse cuando él/ella conduce
  • Se distrae fácilmente
  • No se fija en las señales de tráfico o no las interpreta correctamente
  • Los pasajeros le tienen que decir cómo y hacia dónde ir

Durante el proceso de envejecimiento, nuestras capacidades físicas y las aptitudes psicológicas disminuyen progresivamente sin ser conscientes de ello

Recomendaciones:

Podéis hacer vuestra evaluación en este enlace del RACC o recomendarlo a vuestros mayores conductores.
Para ejercitar el cerebro tenéis varios enlaces con ejercicios para hacer:
https://fiapam.org/wp-content/uploads/2013/07/muestra.pdf https://www.alzheimeruniversal.eu/2016/07/13/juegos-ejercicios-personas-alzheimer-demencias-lewy/ https://www.csi.cat/media/upload/pdf/estimulacion-cognitiva-csi_editora_94_3_1.pdf

 

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