Las personas que padecen fobias pueden convivir con ellas durante muchos años después de intentar superarlas por ellas mismas sin resultados satisfactorios, por lo que acaban resignándose a las limitaciones que conllevan. Una manera efectiva de hacerles frente es conociendo el por qué y los tipos de fobias, y qué factores las precipitan y las mantienen.
Existen dos sistemas de clasificación de los trastornos mentales, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales, DSM-5, en su quinta versión, y la Clasificación Internacional de Enfermedades el ICD-10, décima revisión, americano y europeo respectivamente.
No obstante, surge un nuevo paradigma desde la División de Psicología de la British Psychological Society. Esta división publicó en enero de 2018 un documento sustentado científicamente defendiendo un cambio en los diagnósticos clínicos, en la que se comprenden los problemas desde otra perspectiva, no patologizando su disfuncionalidad. Se trata del Marco de Poder Amenaza y Significado – PAS, que ayuda a entender el sufrimiento de las personas sin rechazar la biología. Se trata de entender, a través de las experiencias vitales y no de clasificar a las personas, porque a través de la historia de cada persona podemos comprender su manera de funcionar.
Qué son las fobias
La palabra fobia, procede del griego fobos, y significa pánico. En el DSM-5, las fobias pertenecen a los trastornos de Ansiedad. En la siguiente imagen expongo los distintos tipos ya que puede ayudar a ver la diferencia entre los distintos problemas.
Te dejo un vídeo de mi canal sobre fobias, para que de una manera rápida puedas tener claro de que se trata.
Los criterios que establece el DSM-5 especifican que la persona ha de sentir un miedo o ansiedad intensa e inmediata por un objeto o situación específica (p. ej., volar, alturas, animales, inyección, conducir…). Esta reacción es desproporcionada y persistente y el objeto o la situación fóbica se evita o se vive con una ansiedad intensa. La duración es de seis o más meses, causando un malestar clínicamente significativo o un deterioro en la vida de las personas.
En la clasificación del DSM-5 con relación a los trastornos de ansiedad se mencionan tres tipos de fobias:
La Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social (TAS), las Fobias específicas y la Agorafobia.
Fobia Social
La Fobia Social consiste en el miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que la persona está expuesta a la evaluación de los demás. Se tiene miedo por pensar que verán el nerviosismo, temiendo el rechazo o la evaluación negativa.
Por ejemplo, en interacciones sociales que implican mantener una conversación, o hablar con desconocidos, ser observado, mientras se come o bebe y actuar ante otras personas, como dar una charla o exponer una presentación.
Fobias específicas: Tipos
Las fobias específicas se codifican en el DSM-5 según el estímulo que se teme:
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Animal
Zoofobia o fobia a determinados animales
El miedo a determinados animales se explica por el origen de nuestra especie, ya que nuestros antepasados se sentían amenazados por animales que eran peligrosos y adaptativamente habían de defenderse.
Las que son motivo de consulta con mayor frecuencia en este tipo, son la fobia a las arañas, palomas, cucarachas y perros.
En el caso de los insectos o aves suele ser el asco y la propia reacción de gritar o reaccionar de forma descontrolada y hacer el ridículo lo que motiva el tratamiento. En cambio, en el caso de los perros se teme la agresión.
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Entorno natural
Acrofobia, o miedo a las alturas
El miedo a las alturas e da cuando la persona teme caer o que se caiga alguien que está situado cerca de un lugar elevado, pese a no correr peligro. A estos pensamientos le suelen acompañar sensaciones de debilidad en las piernas, mareo o inestabilidad.
Miedo a la oscuridad (nictofobia) y las tormentas (astrafobia)
El miedo a la oscuridad se da cuando la persona cree que corre algún riesgo en lugares oscuros o por la noche.
El miedo a las tormentas, se padece cuando existen fenómenos atmosféricos adversos o bien se anticipa la posibilidad de que ocurran y se pueda desencadenar una tormenta con truenos, relámpagos y/o rayos.
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Situacional
En función de los distintos entornos:
En la fobia a volar tanto se pueden temer las sensaciones corporales que se sienten antes y durante el vuelo, por miedo a consecuencias como morir por un infarto, perder el control, etc. y como el miedo a que ocurra una catástrofe aérea ante los ruidos del motor, turbulencias, etc. Es importante, como en las demás fobias, valorar costes y beneficios del cambio, puesto que nadie cambia una conducta si no ve que hay más beneficios que seguir igual.
Miedo a los espacios cerrados, o claustrofobia
En esta fobia el miedo está relacionado con el que no llegue suficiente aire para respirar y asfixiarse y/o
también el miedo a no poder moverse. Pueden darse ante la exploración de la Resonancia, ascensores, túneles, etc.
Miedo a conducir o Amaxofobia
En esta fobia por regla general se suelen dar tres perfiles. Las personas que han tenido un accidente y a raíz de éste han desarrollado este miedo; las que no les gusta conducir y tienen una tendencia a ser temerosas; y personas a las que les gusta conducir y que después de años, por razones de estrés tienen un ataque de pánico conduciendo.
En general la persona cuando desarrolla esta fobia se percibe vulnerable, es decir, poco capaz de conducir con seguridad por lo que no se atreve a coger el coche, se le añade una alta percepción del riesgo en la actividad de conducir, creyendo que provocará un accidente a causa de la pérdida del control.
Miedo a los exámenes o testofobia
En esta fobia la persona siente mucha presión por no fracasar y teme las consecuencias de un rendimiento bajo. De hecho, no es un miedo irracional puesto que en función de las oportunidades que se tengan, un resultado bajo puede determinar seguir con los objetivos personales o tener que reinventarse. Si la ansiedad se da en niveles altos, afecta negativamente al rendimiento.
Miedo a atragantarse o Fagofobia y/o a vomitar
Se siente miedo ante sensaciones como las náuseas, tensión en la garganta y sensación de ahogo.
Las personas con fobia a atragantarse temen morir, mientras que aquellas con fobia a vomitar pueden temer no poder soportar el vómito, atragantarse o quedar en ridículo.
- Miedo a la Sangre-inyección-herida (SIH) o hemofobia
El miedo a la SIH, está considerada como una fobia específica a la sangre y a cualquier situación relacionada con ella, bien sea las heridas o a las agujas en un contexto de vacuna, analítica y/o transfusión.
Esta fobia es la única que funciona en dos fases. En los primeros segundos de exposición se experimenta una elevada activación y a continuación se produce un descenso de forma muy rápida, lo que puede provocar visión borrosa, palidez, mareo hasta el punto del desmayo y la pérdida de la conciencia.
La agorafobia
La agorafobia, término que procede del griego ágora y que significa plaza pública, aunque su nombre se refiera a lugares abiertos, abarca situaciones relacionadas con el transporte (trenes, aviones, coche...), espacios abiertos (puentes, plazas…), sitios cerrados (cines, teatros…) estar en una cola, en medio de mucha gente (conciertos, grandes almacenes…), y estar fuera de casa sin compañía. Se padece agorafobia cuando se temen dos o más situaciones.
La persona piensa que es difícil salir de estas situaciones, ya que teme tener un ataque de pánico o sentir sensaciones desagradables.
Por tanto, se suelen evitar estos lugares, o si se exponen ha de ser acompañadas de personas de confianza. Además, se buscan elementos de seguridad, como tener un hospital o un ambulatorio cerca, tener controlada la salida, etc.
La diferencia entre miedo, ansiedad y fobia
El miedo es una emoción universal que sentimos cuando hay un peligro, de la misma manera que lo sienten los animales. Esta emoción es adaptativa porque nos permite protegernos o defendernos en situaciones en las que nos sentimos amenazados, sean de la índole que sean.
Cuando sentimos miedo, el cerebro nos ayuda a prepararnos para la acción, provocando cambios en nuestro organismo que nos permiten luchar o huir de la forma más eficaz posible.
Por ejemplo, sentimos miedo cuando el pedal del freno del coche no funciona, cuando vemos que nos están a punto de atracar, etc.
Sufrimos ansiedad, cuando este miedo es futurista y no nos sirve en el momento presente para nada, sino más bien es un obstáculo para nuestra vida cotidiana. Sin embargo, el cerebro igualmente libera sustancias para ayudarnos a responder físicamente ante la amenaza, solo que como la amenaza no requiere de nuestra pericia física, se traduce en sensaciones desagradables, que nos provocan molestia y desconcierto.
Por ejemplo, cuando estamos esperando a alguien de la familia que no llega, esperamos el resultado de una prueba médica, o tenemos una entrevista de trabajo, etc.
Llamamos fobia, cuando este miedo es a hacia un animal o una situación concreta y ésta es desproporcionada, provocándonos, unas sensaciones más intensas. Como se ha descrito antes en función de lo que se tema, se tratará de una fobia u otra.
Se puede padecer más de una fobia específica y cuanto mayor es el número de éstas, existe más probabilidades de sufrir otros trastornos de ansiedad.
En qué consiste un Ataque de Pánico
El ataque de pánico, también llamado crisis de ansiedad, crisis de pánico o crisis de angustia, consiste en la aparición súbita de un miedo o malestar intenso. Puede ocurrir desde un estado de calma o en un momento en el sentimos ansiedad. Han de haber cuatro o más síntomas y su intensidad ser muy alta. El ataque de pánico alcanza su máxima expresión en minutos.
Estos episodios pueden aparecer en cualquier trastorno de ansiedad o en otros trastornos mentales y en algunas enfermedades médicas. También se pueden dar cuando se consumen determinadas sustancias tóxicas. Si es recurrente se trata entonces de un Trastorno de Pánico.
El porqué de las fobias
Brown y Barlow (2009) postulan sobre el origen de las fobias y los trastornos de ansiedad la Teoría de la triple vulnerabilidad:
- La vulnerabilidad biológica. Consiste en una hipersensibilidad neurobiológica al estrés. Hay personas que su sistema nervioso vegetativo se activa con facilidad y tarda en desactivarse. Además, existe una predisposición a padecer un mismo tipo de fobia heredada de la familia.
- La vulnerabilidad psicológica generalizada. Aunque la vulnerabilidad biológica es importante, se ha de dar también una vulnerabilidad psicológica para que aparezcan las fobias. Es decir, un niño con una predisposición genética hacia la emotividad y reactividad al estrés no tiene porqué desarrollar una fobia si es criado en un ambiente afectivo y estable. Las experiencias que se tienen en la infancia en ambientes estresantes con determinados estilos de crianza inhiben el desarrollo de estrategias de afrontamiento eficaces. Hay una activación ante lo impredecible e incontrolable. Entre estas experiencias se encuentran un estilo educativo sobreprotector, vínculos inseguros de apego, poco apoyo emocional y/o sucesos estresantes o traumáticos, lo que dificulta el afrontamiento del estrés.
- La vulnerabilidad Psicológica específica. Algunas experiencias de aprendizaje se suman a la vulnerabilidad biológica y psicológica generalizada facilitando que la ansiedad se focalice en determinadas situaciones u objetos y se vivan como peligrosos. Este tipo de condicionamiento parece más frecuente en algunas fobias (perros, conducir, atragantarse) que en otras (altura, serpientes, arañas). La gravedad y la frecuencia de estas experiencias negativas influyen en el desarrollo de las fobias.
Por qué se mantienen las fobias
Principalmente se mantienen por las creencias negativas que se tienen acerca de las consecuencias, y que propician que se evite el estímulo fóbico.
Al mismo tiempo esta evitación actúa como un refuerzo negativo, aumentando la probabilidad de tener ansiedad cuando estamos en contacto con el estímulo temido.
El alejarnos de lo que tememos, tiene dos grandes ventajas a corto plazo:
el miedo desaparece, por lo que sentimos alivio inmediato, pero además se segregan opiáceos endógenos que nos proporcionan placer.
Aunque es muy comprensible que la persona que sufre alguna fobia evite enfrentarse por lo mal que lo pasa, evitar es una estrategia contraproducente, porque cuánto más evitamos, más grande se hace la fobia.
“Evitar es una estrategia contraproducente porque cuánto más evitemos, mayor será la fobia”
A largo plazo, las fobias perjudican a la persona que las padece al interferir en sus actividades, y si no se tratan se cronifican.
Qué le ocurre a una persona que siente fobia (s)
Lo que le ocurre a la persona que tiene fobias lo podemos ver a través de tres componentes:
- Nivel cognitivo. Los pensamientos provienen de creencias erróneas aprendidas que dan lugar a los pensamientos automáticos, formulados a modo de telegrama, son absolutistas. Por ejemplo, “me caeré”, “me morderá”, “haré el ridículo”, “perderé el control” …
El sesgo de atención, al focalizar en lo que se teme.
El sesgo de interpretación, anticipando unas consecuencias catastróficas para la persona.
- Nivel fisiológico: Se activa el sistema nervioso vegetativo y se siente malestar. Se pueden sentir síntomas como taquicardia, temblor, sensación de falta de aire, calor, etc.
- Nivel conductual. Se tienen conductas de escape o evitación y también se busca seguridad a través de personas o cosas que alivian, como, por ejemplo, ir acompañado/a, llevar una botella de agua, ansiolíticos en el bolsillo, etc.
Como se tratan las fobias
En primer lugar, antes de iniciar un tratamiento psicológico de los trastornos de ansiedad, es necesario asegurarse de que la persona no tiene ninguna enfermedad orgánica, ni es causada por el consumo de alguna droga.
Después de una evaluación se diseña el tratamiento de forma personalizada teniendo en cuenta su historia personal para conocer los factores de predisposición, los que precipitan la o las fobias y los factores que la mantienen.
Desde el modelo cognitivo-conductual en su tercera generación se utilizan técnicas que ayudan a gestionar tanto la activación fisiológica, como los pensamientos catastróficos y a nivel conductual la exposición a los estímulos temidos con Realidad Virtual ha demostrado ser muy eficaz en los tratamientos de las fobias.
La Realidad Virtual posibilita a la persona que pueda ir afrontando de forma segura y a su ritmo, sus miedos con la ayuda del terapeuta.
Si crees que puedo ayudarte a superar algún miedo, puedes contactar conmigo.
Bibliografía:
- American Psychiatric Association (2013). DSM-5. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5thEdition). Washington, DC: Author.
- Bados, Arturo. (2017). Fobias específicas. Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona.
- Johnstone, L. & Boyle, M. with Cromby, J., Dillon, J., Harper, D., Kinderman, P., Longden, E., Pilgrim, D. & Read, J. (2018). The Power Threat Meaning Framework: Overview. Leicester: British Psychological Society.